viernes, 29 de junio de 2007

Gaticidio en La Quebrada, Cañete II

Estimados amigos
En el anterior artículo se ha detectado un par de errores y en este se está corrigiendo.
Jorge

¡Hola! Paisanos

“GATICIDIO” EN LA QUEBRADA CAÑETE
Por: Jorge Luyo Yaya
jlimagenes@hotmail.com jtluyoy@yahoo.es

Efectivamente, recuerdo ese famoso “festival gatuno” del cual habla la paisana Cindy Paola Loa Cuaresma. Con los años, confundí la hacienda Arona* con La Quebrada, y me acerqué a la primera con la equivocada idea y finalidad de ser testigo del tan mentado “gaticidio”. El vigilante de la tranquera, al final de la alameda de la antigua hacienda de los Alayza, me saco rápidamente del error y me dio los pelos y señales del verdadero lugar de la convocatoria. Arona, es una hermosa casa hacienda que conserva aún el esplendor de sus años mozos. El “cancerbero” me mostró su lado cañetano y me permitió tomar un par de vistas del lugar antes de invitarme, de manera cordial, a alejarme del lugar, pues según me dijo “los dueños no quieren extraños en el lugar”. Las fotos las agregaré más adelante en este foro.

Los comentarios que se habían logrado hasta el día de la víspera misma, eran que en lugar de un festival turístico, se trataba de una mortandad gatuna y los amigos de la Sociedad Protectora de Animales se habían puesto en alerta. Acudieron a los medios de comunicación, radio, TV, y prensa escrita, para denunciar la mala práctica como si fuera una convocatoria turística.

Así las cosas, llegué a La Quebrada cuando el sol se encontraba en el mismo centro del despejado Cielo cañetano. Había una algarabía producto de lo festivo del día y la gran cantidad de visitantes de los alrededores, los venidos de otros lugares y hasta del extranjero. No bien llegué a la antigua capilla de la ex hacienda y hoy Centro poblado Menor La Quebrada, el altar de la virgen Santa Efigenia se encontraba iluminado y la “Virgen Negra”, Protectora del Arte Negro”, patrona de los pobladores del lugar, se veía esplendorosa. Llegué para conocer, ahora, lo que de niño no conocí.

En una esquina, haciendo gala de su talento para la poesía y la décima, me topé con el decimista Álvaro Morales y sus mellizos hijos (café y leche: Álvaro y Alejandro), mis compañeros de estudios primarios en la escuela fiscal de San Vicente. Ah, aquellos años de los cocachos del profesor “sapito”. Nos enfrascamos en una larga charla, pisco de por medio, como quien esperaba el gran acontecimiento de la “gatada”.

En el centro de la calle principal, los efectivos de la Sociedad Protectora de los Animales, habían instalado carpas y camionetas, que a las claradas imponían su presencia fiscalizadora. Un buen contingente de uniformados integrantes de la sociedad hacían ronda, como queriendo descubrir el lugar donde se perpetraría tamaño “gaticidio”. Mientras la festividad se desarrollaba en aparente normalidad.

Pasada las 5 de la tarde el negro Sabino Cañas Angulo, organizador del evento, quien nos daba una pisquera visita cada media hora, nos decía ¡Y!… ¿estos, no se piensan ir? La tarde seguía dando paso a la noche y a don Álvaro se le juntaron otros cultores del arte negro. La charla había dado paso a demostraciones de canto, zapateo y cuentos gallísticos. El entonces congresista “Toño” Llerena también se sumo y formó parte del bullicioso grupo.

La noche había tomado su color y las posibilidades de salir desde La Quebrada hacia Imperial o San Vicente, se hacían más difíciles cada minuto. Ante esta disyuntiva me vi precisado a preguntarle a Sabino:
JL. Oye hermano, esta gente no se va a ir y tampoco van a permitir que se realice el festival.
SC. Mira Jorge, ellos dicen que no permitirán la matanza, pero tu sabes que la matanza, como ellos la llaman, ya ocurrió hace dos día. Los gatos, criados ex profesamente para esta fiesta, ya están en infusión desde hace rato. Así que esperaremos que se vayan y si no, de todas maneras comemos. Eso, ellos no lo prohíben; han llegado para evitar que se maten los gatos.

Así las cosas, los visitantes, entre los que me incluyo, nos fuimos alejando sin conocer el desenlace. Pero ese festival nunca volvió a tener la difusión que en esa oportunidad tuvo. Quizá se deba a la temprana desaparición del entusiasta Sabino Cañas.

Los cañetanos unidos debemos preocuparnos por darle renombre a nuestras costumbres y festividades costumbristas. Pueblitos alejados, donde las comunicaciones son artos difíciles, logran ganar visitas en sus fechas centrales. ¿Porqué nosotros que estamos en la Costa, no podemos lograrlo. Estoy disponible para colaborar en ello. Espero adhesiones.

Arona, topónimo, ubicado en Tenerife una isla perteneciente a la Comunidad Autónoma de Canarias, esta ubicada en el Océano Atlántico, frente a las costas africanas. Es un lugar donde destacan las casas rurales. Quizás ese sea el origen de los primeros propietarios de los terrenos que conforman la antigua hacienda.


DEBATE
La palabra con el que se denomina el plato que la paisana Lucero Martha Rosas V. adjudica a San Luis de Cañete debe ser CARAPULCA y no carapulcra, salvo que este equivocado y para ellos se abre el debate.
Carapulcra existe y así se denomina al mismo plato, pero algunos lingüistas, como Martha Hildebrandt, y viejos conocedores de la comida, y los chef de moda lo denominan CARAPULCA. En el diccionario figura de ambas maneras.

INVITACIÓN
A mis paisanos, en especial a los “haualcarinos”, los invito a contar en este foro sus historias lugareñas. Tengo varias y cuando la gente de la capital las escucha, les parecen alucinantes y algunas se hacen difíciles de creer por lo anecdótico.