miércoles, 7 de enero de 2009

Una amarga experiencia turistica en San Vicente de Cañete


Turismo en Cañete
Luego de la visita a mi Hualcará querido, me di una vuelta por Imperial, nada nuevo. La ciudad como siempre, lleno de gente que recorre la ciudad en busca de negocios, para comprar o vender. El negocio ambulatorio copando calles como lo hacen desde mucho tiempo atrás. Imperial sigue siendo el centro comercial de la provincia.

Luego de unas vueltas por los mercados y calles de San Vicente, que se ven con algunas obras de mejoramiento, sentimos el deseo natural de almorzar “comida cañetana” y que mejor que una sopa seca con su carapulca (carapulcra). Buscando, dimos con un restaurante de apariencia saludable, en la misma Plaza de Armas, el restaurante tiene por nombre “Plaza”.

Preguntamos a una de las azafatas si servían el buscado plato, con la respuesta afirmativa recibimos la carta y se nos ocurrió pedir un salpicón de pollo como entrada. Luego una jarra de chicha morada heladita.

Como nota curiosa debo relatar que mi hija, que era mi acompañante, le dijo a la azafata si podía servir su plato “manchapecho” por separado la carapulca de la sopa seca, a lo que la señorita respondió de una manera destemplada: “Aquí se sirve el plato como debe servirse ¿qué es eso de servirlo por separado?” A lo que respondí que el mío me lo sirvan tal como es la costumbre cañetana y chinchana y el de mi hija en dos platos, el mismo contenido o porción pero separados. La azafata accedió pero no convencida del todo.

Le reiteramos nuestro pedido del salpicón de pollo y la chicha morada. Luego de unos minutos pudimos darnos cuenta que la chicha esperaba en el mostrador del fondo. Le reclamamos a la persona que parecía ser la administradora. Nos dijo que esperáramos que llegara la persona encargada de llevarla a nuestra mesa. Le dije que si no había problemas yo la podía traer. La administradora la trajo y la puso en la mesa con muy malos modales.

El salpicón llegó a la mesa luego de una larga espera. Hay que decir que en honor a la verdad el restaurante lucía limpio y de ambiente agradable, su carta tiene los precios de un restaurante de regular categoría. Pero, al momento de empezar a comer nos dimos cuenta que el pollo había pasado por el plato con una rapidez que casi no había dejado huellas de su paso por el plato. El plato tiene un costo de 6 soles. Pero al comunicarle a la administradora la falta de pollo deshilachado, ésta cogió el cubierto puesto en la mesa y con él comenzó a escarbar y a decirnos ¿Esto que es, ha no lo ve?

Ante nuestro asombro, le dijimos que no era justa su reacción ante un reclamo de cliente. Nos respondió: “Por eso no atiendo a clientes como ustedes, que son reclamones y agresivos, ya váyanse y la chicha que han tomado se las regalo”

Pagamos 5 soles por los dos vasos de chicha consumida y ya en la salida le hicimos saber su mal comportamiento y que ello no ayudaba al turismo que tanto necesita Cañete. “Por eso, seguro los pasajeros pasan por la ciudad y enrumban a Lunahuaná sin parar en la capital de la provincia”. “La vamos a denunciar ante el municipio”, al mismo tiempo que le mostraba mi carné de periodista y corresponsal extranjero. Como respuesta me gritó que vaya y que podría darme una foto suya. Cuando saque la cámara para tomar una foto del establecimiento con dos policías apostados en la puerta, sin ningún interés en defender a los turistas agredidos, la morena mujer a viva voz me dijo que tomara la foto de su cuerpo entero y si quería podía posar “calata”, por ello la extraña pose en la foto que grafica la nota.

Las autoridades municipales y, si existe una oficina del turismo en Cañete, deben capacitar a los encargados de dar la bienvenida a las visitas y a personas como la señora de la foto, darle clases de cortesía y un manual de Carreño. Enseñarle que el cliente espera y debe tener un buen trato, esa será la imagen que llevará del lugar que visita. Por otro lado, la señora debe aprender a vestir de manera adecuada y limpia a la que se espera en un restaurante que pretende una categoría a través de sus precios. Los propietarios del restaurante “Plaza”, deberían elegir mejor a quien administra su negocio.

Finalmente, sin poder probar la comida tradicional cañetana y ya de vuelta a la capital, hicimos un alto en “El Piloto” de San Luís, qué diferencia.

3 comentarios:

  1. MI ESPOSA Y YO NOS SOLIDARIZAMOS CONTIGO TAMBIEN UNA VEZ FUIMOS A COMER A ESE RESTAURANT Y NOS DIERON LA COMIDA EN MAL ESTADO Y CUANDO RECLAMAMOS NOS TRATARON DE MALA MANERA ESO QUE SOMOS CONOCIDOS DE LA DUEÑA IRIS (QUE ES LA QUE SALE EN LA FOTO) LA MUNICIPALIDAD DEBERIA ACTUAR DE OTRA MANERA NO TE ALEJES DE SAN VICENTE HAY SITIOS DONDE SE PUEDE COMER BIEN TE ESPERAMOS.

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  2. en realidad al leer estea experiencia por cañete pensaba en lo mejor saber algo bueno de mi recordado cañete lo digo asi por lo q noestoy por alla mas mi familia mis hijos ,en fin y darte con esta sorpresas de noticias te hace sentir mal por lo q tus hijos estan en esa sociedad, q aun siguen con la vulgaridad y mas aun en lugares q tendrian q demostrar mucha cordialidad y respeto ,respeto por sus clientes y demostrar q nuestra cultura avanza y no se estanca en lo primitivo .

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  3. Hola Marco
    Sabes? creí que era una empleada pero luego averiguando con amigos y familiares, me aseguraron como lo haces, que es la dueña. Se entiende que sea una empleada la que trate mal a los clientes, después de todo no es su capital y dificlmente podría entender que en el buen trato está su mejor servicio, pero la dueña?
    Algún complejo debe tener o le sobra la plata.

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