AMNESIA A LA PERUANA
Por: Jorge Luyo Yaya jlimagenes@hotmail.com
Aún, cuando probado está que se trata de un ciudadano japonés pues, hasta postuló por una curul en las últimas elecciones políticas en el país del “Sol Naciente” y si bien su pretendida elección fue un rotundo fracaso, fue su última jugada con miras a una calculada evasión a la extradición, la que finalmente se dio, Alberto Fujimori Fujimori, también es parte de esa pléyade de peruanos amnésicos.
En el Perú existe una enorme cantidad de ciudadanos pertenecientes a una estirpe que parecen herederos de un mal congénito: La amnesia.
Un ciudadano común puede robar, estafar, llevarse de encuentro un banco o empresa y, luego de unos años, seguir siendo un “señor”. De la misma manera, un político puede hacer un gobierno desastroso, además, ser considerado un agresor de los derechos humanos; huir, asilarse, esperar la prescripción de la causa, regresar, postular nuevamente y, a pesar de todo, ganar las elecciones. Hay otros políticos, con una carrera plagada de denuncias por delitos graves y juicios pendientes y esto, para muchos, no es un motivo de preocupación. Otros, simplemente dejan pasar la corrupción que políticos antagónicos denuncian a diario. La prensa llena primeras planas con titulares que ponen en evidencia el latrocinio. Los taxistas, esa especie de termómetro callejero, realizan encuestas e informan a los ciudadanos, de a pie, sobre sus investigaciones y últimos datos pero, nadie escucha el clamor general, mas bien lo ignoran. Es más, lo olvidan rápidamente.
Basado en este extendido criterio, el ayer presidente de la República del Perú Alberto Fujimori, hace uso y abuso de este conocimiento. Ha intentado, desde fuera de las fronteras peruanas, postular a la presidencia peruana. Apenas fue superado en votos por los otros candidatos y como no llegó a superar el porcentaje requerido, una minoría de peruanos libraron de verlo sentado, una vez más, en el sillón presidencial.
Todo intento por desviar la atención sobre acusaciones que van desde usurpación de funciones, hasta agresiones contra la vida y los derechos humanos es válido. El “Chino” Alberto Fujimori, se enfrenta a un juicio en el que le es permitido tomar poses de político en campaña, respuestas rodeadas de una serie de apológicos discursos, o adicionándose condiciones de pacificador sin parangón.
El acusado Fujimori, está utilizando, como estrategia de defensa, el olvido selectivo y hasta llegar a la ingenuidad de firmar documentos sin lectura previa. Además, con frecuencia, recurre a su derecho legal de mantener silencio ante preguntas incómodas.
Cuando casi todo el Perú conocía las mañas y se hacían todo tipo de denuncias por in conducta y hasta se conocía sobre una condena por traición a la patria al mega asesor presidencial Vladimiro Montesinos, el reo Fujimori dice no haberse enterado de ello hasta muchos años después.
La ex primera dama y hoy congresista Keiko Fujimori declaró, en aquellos años, que ella le había recomendado a su padre deshacerse del tenebroso asesor, pero que él le había confesado que no dudaba de su integridad y que más bien le renovaba su confianza. Esas, antaño aseveraciones, hoy lo han colocado contra la pared y no le ha quedado mayor recurso que refugiarse en su mala memoria y, a la novedad de que un Presidente de la República, Comandante y Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas no da órdenes, sino directivas o sugerencias, por lo tanto, no es responsable de los excesos que pudieran haber cometido las fuerzas armadas en su lucha contra el terrorismo.
El fiscal suplente y los abogados de la parte civil, basados en su primario comportamiento, han arremetido en contra de su selectiva amnesia y uno de ellos leyó un párrafo de un libro escrito por un político admirador del hoy acusado ex presidente. Del párrafo se desprende una admiración por lo prodigiosa de la memoria del “Chino”. “Era capaz de retroceder años en sus recuerdos y precisar puntos, comas y fechas, sin error”. Ahora, pide disculpas por lo avanzado de su edad, es quizás por ello que ni siquiera recuerda la existencia del criminal y sanguinario “Grupo Colina”. En este punto cabe destacar que con los años, generalmente, se recuerda lo pasado y más bien se olvida lo reciente.
Las siguientes audiencias servirán para ver hasta donde lleva la estrategia del olvido al ex mandatario peruano.
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